Se entiende por prolapso el descenso de uno o más órganos de la pelvis, lo cual ocasiona un importante deterioro en la calidad de vida de aquellas que, como tú, lo sufren.
Las causas del prolapso visceral pueden considerarse como la consecuencia de un fallo del sistema muscular, ligamentosos y/o fascial, todos ellos encargados de mantener cada órgano en su sitio.
Dependiendo del órgano que desciende, tenemos:
Colpocele anterior:
- Cistocele: descenso de la pared anterior de la vejiga por la vagina.
- Uretrocele: descenso de la uretra.
- Prolapso uterino o histerocele: descenso del útero por la vagina.
Colpocele posterior:
- Rectocele: descenso de la pared posterior del recto a través de la vagina.
- Enterocele: descenso de las asas intestinales hacia el fondo del saco de Douglas.
- Prolapso rectal: descenso del recto a través del orificio anal.
Si estás leyendo este texto, es posible que reconozcas alguno de estos síntomas:
- Sensación de peso en la zona genital.
- Sintomatología miccional: incontinencia urinaria, dificultad miccional (vaciado incompleto de la vejiga…).
- Sintomatología anal: estreñimiento, incontinencia…
- Dolor al mantener relaciones sexuales.
- Dolor en la zona lumbo-sacra.
Si estaba en lo cierto y has reconocido alguno de estos síntomas, acude a tu ginecólogo o coloproctólogo para averiguar qué está sucediendo. Una vez diagnosticado tu problema, desde la fisioterapia uroginecológica te podemos ayudar.
Si tienes un prolapso incipiente, el tratamiento conservador (fisioterapia) va a ser un éxito. Sin embargo, ante un prolapso donde la víscera asoma en la zona del periné, la fisioterapia actúa para frenar el avance del mismo y llegar a la cirugía con la musculatura del suelo pélvico, diafragma torácico y cincha abdominal en el mejor estado para una pronta y mejor recuperación.