El sueño tiene una función muy importante en la vida del individuo debido a su papel en la recuperación y restauración del organismo. Es fundamental para la consolidación de la memoria y el aprendizaje, la eliminación de desechos cerebrales y el funcionamiento del sistema inmune. Además, el sueño está estrechamente relacionado con el desarrollo neurológico, pudiendo influir en el desarrollo cognitivo y emocional.
Si observas que:
- La hora de acostar a tu hijo se convierte en una pelea constante.
- Tiene muchos despertares a lo largo de la noche.
- Amanece cansado.
Estos patrones pueden ser indicativos de problemas que afectan su descanso. En lugar de simplemente intentar enseñar a tu hijo a dormir, es importante facilitarle el camino. Considera evaluar aspectos que puedan estar condicionando su sueño, como la respiración oral, el reflujo gastroesofágico, y tensiones faciales o musculares. Trabajar en conjunto con la familia y desarrollar estrategias personalizadas puede ayudar a mejorar el descanso de tu hijo y, en consecuencia, el de toda la familia.