La postura es la posición en la que tu hijo mantiene su cuerpo sin tensiones musculares innecesarias. La marcha, por otro lado, es un proceso dinámico y especialmente complejo que tu hijo adquirió en sus primeros dos años de vida. Esta complejidad radica en la participación simultánea de diferentes sistemas: motor, cognitivo, propioceptivo…
Si observas que tu hijo:
- Se sienta mal.
- Adopta posiciones extrañas en el sofá.
- Al leer, usar el móvil o comer, adelanta mucho la cabeza, como si estuviera encorvado.
- Camina con la cabeza adelantada.
- Mete hacia adentro alguno de los pies al caminar.
- Camina de forma rígida, como una tabla.
- Se cae con facilidad.
Sería importante valorar su postura y marcha, considerando los diferentes sistemas implicados, para que pueda adquirir nuevas habilidades de manera correcta, sin afectar otras estructuras de su cuerpo.