Durante el embarazo, tu cuerpo ha sufrido muchos cambios para poder dar cabida a tu bebé: tu peso ha aumentado, con lo que tu suelo pélvico ha tenido que soportar más peso del habitual.
Durante el parto has realizado un esfuerzo importante. Puede que hayan tenido que realizarte una episiotomía o hayas tenido un desgarro… Quizás después de mucho trabajo, todo terminó en una cesárea.
Todo esto ha modificado tanto tu abdomen como tu suelo pélvico. De repente ves:
- Que al toser se te ha escapado el pis.
- Levantándote del sofá se te ha escapado un pedete.
- Tu braguita aparece manchada de caca…
Ninguna de estas situaciones debería estar pasando. Tratarlo cuanto antes permitirá que el proceso sea más corto. Nuestro cuerpo debe permitirnos tener a nuestras crías y que podamos continuar con nuestras vidas.