“Tu bebé tiene frenillo.” Decir esto y nada es lo mismo, pues todos tenemos frenillo; es una estructura que forma parte de nuestro cuerpo, igual que lo hace un pie, un brazo…
Te preguntarás: ¿Dónde está entonces el problema?
Para que una estructura funcione, necesita movimiento, fuerza y función, y nuestra lengua es una estructura más de nuestro cuerpo.
Por lo tanto, nos referimos a que “tu bebé tiene frenillo” cuando este limita el movimiento de la lengua, lo que conocemos como ANQUILOGLOSIA.
No todos los frenillos hay que cortarlos (aquí es donde el odontopediatra o cirujano pediátrico ha de tomar la decisión), pero muchos de ellos tenemos que tratarlos con fisioterapia, buscando recuperar una correcta función de la lengua, que no se trata de únicamente de elastificar la “telilla”.