Es habitual que con los años descienda tu líbido por todos los cambios hormonales que sufre tu cuerpo y el paso de los años. Las paredes de tu vagina se vuelven menos elásticas, tus músculos se debilitan, disminuye la lubricación… y esto puede provocar que el sexo deje de ser placentero, para pasar a “tengo que hacerlo por él”.
En una relación sexual en pareja o en solitario no hay cabida para el dolor, por ello:
- Si cuando te excitas sientes como que algo te aprieta en la zona del periné.
- Si al inicio de la penetración es como si te cortaran.
- Si durante el coito parece que algo se va a romper, sientes irritación, como escozor…
- Si después del coito, la antigua sensación de placer se ha transformado en malestar e incomodidad.
Todo esto hará que traslades el sexo a un segundo plano, creyendo que evitarlo será la solución a tu problema. Deberías poder disfrutar en cada una de tus etapas de mujer de él, no renuncies al placer por miedo, vergüenza… la fisioterapia te ayudará a poder disfrutar, sin tener que renunciar a tu intimidad.