La cabeza del bebé se desarrolla en diferentes direcciones: hacia atrás, hacia arriba, hacia afuera, hacia adelante, y hacia abajo es lo último en desarrollarse, generalmente cuando el bebé empieza a ponerse de pie.
Al nacer, es normal que el bebé tenga el mentón hacia adentro, ya que necesita hacer una importante flexión cervical para pasar por el canal del parto.
A medida que el bebé crece, el mentón debe avanzar. Si esto no ocurre, podría haber varios problemas:
- Falta de espacio para el crecimiento de los dientes.
- Reducción en la luz de los tubos aerodigestivos, lo que puede llevar a que el niño desplace su centro de gravedad hacia adelante para compensar. Esto podría resultar en una postura incorrecta y afectar sus habilidades motoras.
Es fundamental valorar la evolución de la cara del niño en colaboración con un odontopediatra. Trabajar en conjunto puede reducir el tiempo del tratamiento y mejorar los resultados.