No somos perfectos y es normal que existan unas pequeñas o sutiles diferencias entre un lado y el otro del cuerpo, entre una pierna y la otra…
Pero si al observar a tu bebé:
- Una de las orejas está más adelantada.
- Un lado de la frente sobresale respecto al otro.
- Uno de los ojos está más cerrado.
- Parece que te mira como enfadado.
- La nariz está muy respingona.
- Una mejilla es más prominente.
- La mandíbula está desviada.
Deberíamos valorar por qué se han producido esas diferencias:
- Posición mantenida en el vientre que generó tensiones.
- Las presiones que recibió en el momento del parto y bloquearon alguna estructura.
- Desde el nacimiento mira más hacia uno de los lados.
Las asimetrías cuando están presentes nos indican que el cuerpo va a tener que hacer compensaciones y esto genera más tensiones. Un ejemplo habitual que después vemos en el niño más grande podría ser una mordida cruzada.